La vida de Tzu-Hsi, la última emperatriz de China, es una autentica novela. Era hija de un manchú de clase humilde, que murió cuando ella era aún una niña; entonces la llevaron a casa de su tío, en Pekín. Siguiendo la costumbre, a los diecisiete años ...
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La vida de Tzu-Hsi, la última emperatriz de China, es una autentica novela. Era hija de un manchú de clase humilde, que murió cuando ella era aún una niña; entonces la llevaron a casa de su tío, en Pekín. Siguiendo la costumbre, a los diecisiete años fue llamada al Palacio Imperial de la Ciudad Prohibida. Las que superaban la prueba, podían ser elegidas por el emperador como concubinas. A partir de ese momento, debido a sus manejos y a su talante, a su fatal combinación de belleza e inteligencia, llegó a ser la gobernante femenina más famosa de China.
CITAS:
[...]muchas gentes creían que la emperatriz vivía aún y se atemorizaban al tener noticia de su muerte. «¿Quién se cuidará de nosotros ahora?», solían exclamar. Acaso sea éste el juicio más definitivo que cabe formular acerca de un soberano.
Los hombres ponen en un lado la carne, en otro el corazón y en otro la mente. Pero la mujer junta las tres cosas y constituye una trinidad completa y unificada.