Dos letristas de la empresa discográfica Ghost Lyrics caminan y conversan por las calles alborotadas de Nápoles. Imperceptiblemente irán atrapando al lector en la red de las extravagantes historias que Byrne, el más maduro, parece sentir necesidad de ...
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Dos letristas de la empresa discográfica Ghost Lyrics caminan y conversan por las calles alborotadas de Nápoles. Imperceptiblemente irán atrapando al lector en la red de las extravagantes historias que Byrne, el más maduro, parece sentir necesidad de contar a Simka, el más joven, quien le escucha fascinado. Y es que Byrne no parece seguro de casi nada, ni de si Coper, ese hombre que vivió hace treinta años, es él mismo u otro. Por su parte, Coper, quien, como todos los personajes de la novela, vive en la busca permanente de su identidad en peligro, vislumbra de pronto la ilusión de adquirir una identidad «mejor», ajena al mundo trivial en el que se mueve, el día en que se extravía en un lugar extraño que lleva por nombre los Bajos del Temor. Allí, parece esperarle desde la noche de los tiempos la bella y escurridiza Sarah. A partir de entonces, ella hará lo imposible para arrastrarle al enigmático caserón habitado por un viejo excéntrico, donde nada, absolutamente nada, es lo que parece ser...
CITAS:
Del prójimo envidiaba la nitidez de intereses, la capacidad de distraerse en minucias. Él se aburría. Y se culpaba de ese aburrimiento.
[...] tenía la honestidad, rara en los jóvenes, de verse como un simulacro de persona, como un esbozo corregible. Esa lucidez es peligrosa.
La impresión de unidad es una imagen falsa, aunque agradable, proyectada por el deseo. El deseo, tan humano, de arrasar con las peculiaridades, de moverse en un mundo sencillo.